Cuando se habla de infertilidad, muchas veces se asume que el problema está en el cuerpo de la mujer. Pero, ¿sabías que hasta el 50 % de los casos de infertilidad involucran factores masculinos? A pesar de esta realidad, la infertilidad masculina sigue siendo un tema poco discutido, lo que genera confusión, estigmas y, en muchos casos, retrasos innecesarios en el camino hacia la paternidad.
La realidad: los hombres también cuentan
Entre el 40 y el 50 % de los casos de infertilidad en pareja tienen origen masculino. Problemas como un bajo conteo de esperma, movilidad reducida, morfología anormal o bloqueos en el tracto reproductivo pueden impedir una concepción exitosa. Estos factores pueden deberse a genética, infecciones, enfermedades previas, lesiones o hábitos de vida poco saludables.
Ejemplos de infertilidad masculina:
- Oligospermia (bajo conteo de esperma): menos de 15 millones por mililitro. Puede deberse a desequilibrios hormonales, infecciones o exposición a toxinas.
- Astenozoospermia (baja motilidad): los espermatozoides no se mueven lo suficiente para llegar al óvulo.
- Teratozoospermia (morfología anormal): formas irregulares que impiden la fertilización.
- Obstrucciones: infecciones o cirugías pueden bloquear el paso del esperma.
Lo ideal es que ambos miembros de la pareja se realicen pruebas de fertilidad desde el inicio. Un análisis de semen es simple, no invasivo y puede proporcionar información clave para empezar el camino adecuado.
Un error muy frecuente es pensar que haber sido padre en el pasado garantiza fertilidad de por vida. Pero lo cierto es que la fertilidad masculina puede cambiar con el tiempo.
La realidad: la fertilidad del hombre también evoluciona
Factores como la edad, el estilo de vida, enfermedades crónicas o infecciones pueden alterar la producción y calidad del esperma incluso después de haber tenido hijos.
Algunos ejemplos de problemas que pueden aparecer con el tiempo:
- Disminución de la calidad espermática con la edad: a partir de los 40 años, bajan la concentración y movilidad, y aumenta el riesgo de alteraciones genéticas.
- Varicocele: venas dilatadas en el escroto que elevan la temperatura testicular y afectan la producción de esperma.
- Infecciones o enfermedades crónicas: como la diabetes o ITS no tratadas.
- Cambios en el estilo de vida: el sobrepeso, el consumo de tabaco, alcohol, drogas o exposición al calor también influyen negativamente.
Incluso si ya fuiste padre, si estás teniendo dificultades para concebir de nuevo, un análisis de semen actualizado puede marcar la diferencia.
Existe la idea de que la fertilidad es algo “automático” en los hombres, sin que el estilo de vida tenga un papel relevante. Esta creencia es peligrosa y está muy lejos de la verdad.
La realidad: lo que haces todos los días sí influye
La calidad del esperma puede verse afectada por múltiples factores cotidianos. La producción de esperma es un proceso continuo, y cada 72 días se renueva por completo. Lo que haces hoy puede impactar tu fertilidad en pocos meses.
Factores de estilo de vida que afectan la fertilidad:
- Fumar: disminuye la calidad del esperma y puede dañar su ADN.
- Alcohol en exceso: reduce los niveles hormonales y afecta la producción espermática.
- Mala alimentación o sobrepeso: desequilibra las hormonas y reduce la motilidad.
- Calor excesivo: jacuzzis, ropa ajustada o ambientes laborales calientes pueden alterar la espermatogénesis.
- Estrés crónico: eleva el cortisol, que bloquea la producción de testosterona.
- Uso de drogas o esteroides: afecta la función testicular y la calidad del semen.
Uno de los mitos más desalentadores es pensar que no hay solución una vez que se diagnostica infertilidad. Esto puede llevar al aislamiento, a evitar buscar ayuda o a perder tiempo valioso.
La realidad: hoy existen múltiples tratamientos eficaces
Gracias a los avances en medicina reproductiva, la mayoría de los casos de infertilidad masculina tienen tratamiento. El tipo de intervención dependerá de la causa específica, pero hay opciones médicas y tecnológicas disponibles, incluso en los casos más complejos.
Algunas soluciones disponibles:
- Cambios en el estilo de vida: en muchos casos, es el primer paso y puede mejorar los resultados significativamente.
- Tratamientos hormonales: corrigen desequilibrios que afectan la producción de esperma.
- Cirugías como la corrección de varicocele: pueden mejorar tanto la calidad del esperma como las tasas de embarazo.
- Reproducción asistida:
- IIU (inseminación intrauterina): útil en casos de anomalías leves.
- FIV con ICSI: ideal para casos más severos, donde se inyecta un espermatozoide directamente en el óvulo.
- Extracción de esperma testicular: en casos donde no hay esperma en el semen (azoospermia), se puede recuperar directamente del testículo para usar en FIV.
👉 Un diagnóstico de infertilidad no es el final del camino. Es el inicio de un tratamiento personalizado y eficaz.
La infertilidad no es un problema exclusivo de la mujer. Es una situación que involucra a ambos miembros de la pareja y debe abordarse de forma conjunta. Los hombres también deben tener un rol activo en su salud reproductiva, empezando por algo tan simple como una evaluación temprana.
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